Tesoros históricos y arquitectura moderna, naturaleza salvaje y vida urbana. Una visita a Innsbruck convierte los contrastes en armonía. Ante todo, la combinación de ciudad y montaña.

En el centro histórico puede pasear bajo pórticos y calles medievales topándose en cada momento con el legado de la familia imperial de los Habsburgo, como el Tejadillo de Oro, el Palacio Imperial o la Iglesia de la Corte. Otro tipo de legado, de características deportivas, se halla en el trampolín de salto de Bergisel: un lugar importante en el mundo del deporte y en la historia del Tirol y también un monumento destacado de la arquitectura moderna. El trampolín de salto de Bergisel fue remodelado por la famosa arquitecta Zaha Hadid.

Un paseo lleva al Arco de Triunfo y un corto viaje nos acerca al castillo de Ambras, situado en lo alto de una colina y bien visible desde lejos. Esta histórica construcción es el testimonio de una atípica y gran historia de amor dentro de la familia Habsburgo. La cordillera Nordkette, la puerta de entrada al fascinante mundo alpino de las montañas Karwendel, atrae a todas las miradas y es un popular destino de excursiones. Un corto viaje de 20 minutos en funicular lleva desde el centro de la ciudad hasta la cordillera Nordkette.

De la mano de un experto guía o por su cuenta: ¡descubra Innsbruck a su aire!